Por Andrés Pascual

Voy a “bosquejar” el asunto otra vez: los países de la región que gozan del saludable convenio con el Beisbol Organizado gracias a las relaciones que establecieron la pelota cubana y las Grandes Ligas, han mantenido y ampliado esa relaciones porque son ejecutores de un robo en carácter de cómplices, sencillamente, disfrutan de un beneficio laboral americano exagerado porque la tiranía cubana descabezó el profesionalismo:

¿Se ha puesto a pensar alguien en cuántos peloteros boricuas, mexicanos, dominicanos o venezolanos hubiera en este país si el castrismo no destruye “la niña de los ojos del beisbol caribeño”? cuando digo “en este país” hablo de Ligas Menores y de Grandes Ligas. Foto latinos All Stars en 1965, 4 cubanos: Oliva, Rojas, Cárdenas y Versalles, resto: Clemente y Moret, Puerto Rico, Marichal, dominicana y Vic Davalillo, Venezuela:

Hasta hoy, ningún grupo nacional de la Confederación ha tenido ni el valor ni las posibilidades de acoger a un club del Beisbol Organizado con el éxito cubano previo al castrismo por medio de los Havana Cubans y de los Cubans Sugar Kings, ni intentos, aunque Puerto Rico hizo un breve acto, demostrativo de la incapacidad de sus magnates para tan grande empeño, cuando solicitó la sede que perdieron los Azucareros antes de reasentarlos en Jacksonville y en menos de 90 días soltaron “el hierro candente”:

Con la franquicia de Liga Grande nadie ha soñado, aquel “UN PASO MÁS Y LLEGAMOS” solo podía bailarse al son de la conga de PAPÁ BOZA sobre el palco de home club de los Cañeros en el GRAND STADIUM DE LA HABANA en la barriada del Cerro:

La pregunta que siempre tengo en el disparador ¿Por qué los cronistas hispanos, “nuestra gente o los nuestros como dicen cuando buscan soporte para la reforma migratoria o para leyes de único y personal beneficio”, no acompañan a los cubanos que exigimos cambios radicales en nuestro país para que el beisbol nacional regrese a su cauce en carácter de reciprocidad? ¿Cuándo es que se necesita de la hermandad en  que yo, por ejemplo, no creo?:

Contra el beisbol cubano erigieron un muro más difícil, duradero y criminal que la Barrera del Color, pero el silencio cómplice, incluso la aceptación de la tiranía en el entorno regional, es su “Pacto de Inmorales estilo Caballeros”.

Según Jorge Ebro, cronista del Nuevo Herald, se están produciendo críticas destructivas contra el cubano Puig, mientras, alguien, creo que su agente, señaló la posibilidad de envidia lo que para mí es miedo.

Hasta un incidente que involucra al bisnieto de Fausto Lavilla, inmortal cronista cubano de “cuando Cuba reía”, han habilitado para pisotear al pelotero de los Dodgers, basado en que no conoció o ignoró a Luis González, “Héroe de la Serie Mundial del 2001” por obra y gracia del papel de villano de Mariano Rivera, que pudo terminar el Clásico con un tiro para dobleplay y botó la bola, permitiendo que el tampeño le diera hit decisivo por encima de segunda:

González nunca fue un superestrella, sino un buen outfielder, no es Oliva ni Miñoso ni Tany ni Cárdenas ni Campy ni el Haitiano ni Tiant ni Camilo… forma parte del grupo sospechoso de usar sustancias prohibidas, evidente en su caso por aquella temporada de 58 jonrones y ninguna otra de más de 35, ¿Entonces? y Puig solo tiene 22 años y viene de un país de tiranía dictatorial, donde mencionar a un nativo o a un descendiente que jugara en Grandes Ligas fue una causa política con 1-3 años de prisión por “Desacato a la Autoridad” durante más de 45 años y hay bien documentadas 5,653 de estas:

Nada de lo anterior es raro, tomando en cuenta que a Camilo Pascual lo han dejado fuera de los 10 mejores pitchers hispanos de todos los tiempos, aunque, debo destacarlo, el origen de estas nadie sabe si faltas de respeto, desconocimientos o canalladas gratuitas, están en los decretos del tirano desde 1961 y en las gavetas del Buró Político del CC del PCC ratificándolas durante 52 temporadas:

Yasel Piuig no es una estrella del beisbol aún, ningún cubano activo lo es, porque no se puede respaldar esa clasificación con poco juego, muy poco realmente, en Grandes Ligas.

Ni Alexis Ramírez, que no resplandece como tiene que hacerlo el astro mimado por la prensa y el público y Kendri perdió la oportunidad por la conocida terrible fractura de un tobillo:

Ahora, 6 de ellos: Chapman, Fernández, Iglesias, Echevarría, Céspedes y Puig tienen condiciones y lo serán si se adaptan al duro bregar del calendario de 162 juegos, si son preocupados y capaces de escuchar y observar con la disciplina requerida al coach propio y al pitcheo enemigo, si pueden arreglar a tiempo los errores que cometen que, más temprano que tarde, estarán en las computadoras de todos los entrenadores contrarios de cada liga:

Yoenis Céspedes está pagando la novatada del jinx: se va detrás de cada lanzamiento bajo y afuera que le tiran, después lo combinan con rectas en zona media y lo dominan y Viciedo no sigue la bola, ambos comienzan a mostrar signos de impaciencia en el home, por lo que no son selectivos, supongo que estén trabajando duramente con ellos:

Puig juega a la pelota con pasión, con ganas, trata de ganarse el dinero que le pagan.

Como que muchos jugadores hispanos que actúan aquí indebidamente por la tragedia del beisbol cubano se han influido del juego americano tipo refrigerador, que se poncha y vira como si con él no fuera la mayoría de las veces, que se cuidan más que a la posición que tienen que defender con los dientes por lo del exagerado contrato mercenario a largo plazo, les molesta el juego del cubano, porque les es ajeno, comprometedor y yo diría que raro para una pelota tan mala, de tan poca pasión y de menos exigencia como las Grandes Ligas de hoy, repleta de sospechosas lesiones y escándalos como para confiar en ella.

Yasiel Puig no juega como se juega en la Cuba castrista, que allí se arreglan juegos todos los años y hasta clubes completos se venden, el muchacho juega como se jugaba antes en Cuba, que es otra cosa… y yendo un poco más lejos, como jugaron Clemente, Aparicio, Willie Mays… cuando el beisbol era un asunto serio, de gente seria, para gente seria:

Como que el país del catcher Miguel Montero nunca pudo ganar una Serie del Caribe mientras Cuba asistió, no me resulta extraño que les queden esos residuos de bilis a muchos de estas generaciones que, la mayoría, jamás están en titulares ni si matan, este individuo ha dicho que le gustaría ayudar al joven jardinero “para que no lo odien en Grandes Ligas”, incluso dicen que por tal razón perdió en la votación para el All Star ¡Hummmmmmm…!!!!!!!

Montero y los demás desconocen la tragedia cubana a pesar de Chávez y de Maduro, por eso tienen el juego empatado y la carrera que los matará en tercera sin outs; nunca ha vivido sin pasado como en un país donde ha sido un peligro mencionarlo, pero no es un bigleaguer, porque esa categoría requiere de más que buena dosis de decencia y personalidad. Por mucho que vista un uniforme sigue siendo el pobre venezolano a quien Miñoso, Camilo, Humberto, Haitiano González… aplastaban durante los 50’s.

Puig no es una estrella todavía, pero tiene condiciones para serlo: ¿Qué diferencia hay entre Miguel Cabrera en su debut y Yasel Puig? Y no comparo, que considero a Cabrera el mejor bateador hispano jamás visto, sin embargo, creo que el venezolano no era superior al cubano durante sus primeras demostraciones en el Big Show EN NADA:

El villareño viene dando palos desde el spring training que, sumado al momento actual, es un  poco de más tiempo del que lleva en calendario haciendo lo mismo.

Yo creo que este jugador va a cuajar como estrella del pasatiempo, lo que no va a suceder nunca es que ni Montero ni ninguno de los que critican al outfielder de los Dodgers se nucleen  alrededor del cubano expoliado en su exigencia para que se derrumbe esta barrera más injusta, más criminal y más duradera que la que impidió a los negros de actuar en Grandes Ligas.

A fin de cuentas, estos “Caballeros del Pacto nuevo por contubernio silencioso” tienen corazón de Cap Anson por miedo a “fantasmas del pasado”, pero ni un adarme de Branch Rickey para meterse en un empeño tan grande como contribuir a la libertad de un pueblo al que tanto le deben agradecer en el juego de pelota