MALANGA, JAMÓN, VEGETALES, CAMA Y VENTILADOR NUEVOS… MARRERO Y LOS «AMERICANOS MALOS»

marrero 102

Por Andrés Pascual

Hay americanos malos, viven en Estados Unidos de América y son gobierno y administración de este país, por ejemplo, las «mal llamadas Grandes Ligas», que una parte de los «americanos buenos» enseñaron a odiar, a despreciar y a minimizar en Cuba desde 1959.

Los «americanos buenos o buenísimos» mandan en la ex Perla de Las Antillas, en Venezuela… son las tiranías que asolan a esos pueblos y, aunque tienen más dinero que el peor de los americanos malos, no se preocupan por resolver el problema de los niños ni de los viejos de sus propios países.

El ex pitcher cubano Conrado Marrero es el mejor referente con respecto al caso: ciego por cataratas, las clínicas particulares de los «americanos tan buenos como son de multimillonarios», que propagandizan como ejemplos de buenos samaritanos-comunistas y de lo mejor técnicamente en los tratamientos de cualquier rama médica, no se apuntaron el logró de mantener vidente al Premier de los lanzadores de Cuba (al decir de Pedro Galiana) y nadie sabe si, porque no quisieron, no pudieron o por ambas cosas.

Como cubano de 102 años, el ex pitcher del Almerndares debió tener una dieta responsable, balanceada y segura como la que ofrecen en cualquier «HOME» aquí, sin embargo, ni el Guajiro ni nadie que sea ajeno a la nomenklatura o que no tenga familiares «en el Norte», puede disponer de un menú que da pena por lo rutinario en países libres y que allá presentan como del «otro mundo», porque está ausente de la dieta cubana desde hace 53 años casi.

Los «americanos buenos», con quienes se quedó Conrado Marrero a construir el mejor y más libre beisbol del mundo, no han entendido nunca de dietas para ídolos nacionales, sobre todo si no son de su propia cosecha, ni de comida caliente para cualquier tipo de anciano, niño o persona, eso no está en los manuales de la construcción del Socialismo.

Pero el natural de la finca El Laberinto tiene la comida para su avanzada edad, porque los «americanos malos» le envían sus 300 dólares dólares de pensión, para lo que hubo que establecerle un acápite a la Ley del Embargo a la tiranía, ya que hacia allá no se pueden enviar pensiones ni dinero por desabilitado.

Muchos jugadores cubanos radicados en la Isla nunca pudieron cobrar sus pensiones de Ligas Mayores o del reciente fondo de Ligas Menores, incluso por haber jugado en el circuito sepia, porque la disposición de sanciones al castrismo se los impidió, o se los impide, como a Pedro Naranjo, ex jugador del Almendares, de Ligas Negras y de las Mernores, hermano del popular «Mamito». Pese a que hemos hecho presión quienes tratamos con estos asuntos (Octavio Rojas, Paulino Casanova, Gonzalo Naranzo y quien esto escribe como auxiliar), no se ha logrado que peloteros como el citado reciban su pensión, en su caso, de Ligas Negras.

Marrero no tiene retiro de Grandes Ligas, nunca cotizó, sin embargo, se le incluyó en un paquete de pensionados de ligas menores para que tuviera acceso a un dinerito decente al final y estos americanos, tan malos como son de buenos los representantes del régimen de Marrero, hicieron todo lo que hacen solo los «monstruos» a la hora de responder ante ciertas cosas de impacto positivo social y humano.

El ex serpentinero ha recibido cartas de más de 20 personalidades o ex compañeros de juego, incluso de contrarios, todos recordándolo con cariño y admiración, unos exageradamente; otros con realismo, sin embargo, su Cdte en Jefe, que escribe basuras en el Granma, todavía no se ha dignado en redactar la que destaque la importancia del ex pitcher como atleta legendario que se quedó allá, ¿Por qué será? ¡Ah, Raúl tampoco…!

Hoy el Herald, como siempre, por mala intención y por desconocimiento, publicó un material desde La Habana de Ann Marie García, corresponsal cucaracha procastrista de AP emplazada en la capital, sobre «la dieta de Marrero» y la ayuda humanitaria que recibe. De arriba a abajo es una falta de respeto con un par de mentiras y otro de datos sin exponer, porque, nadie sabe la razón, «Marrerito no le dio señas y le escondió la bola». Tampoco habló del gesto político de «los americanos malos» para resolver la situación de miseria y carestía en que vegetaba el individuo.

Peor aun, ni Marrero ni Marrerito hicieron hincapié en el detalle… tal vez crean que se lo merecen todo sin meter «las manos en la candela», necesario para ver si otro par de viejos se comen, aunque sea, un par de huevos cluecos con un cangre de yuca.

Deja un comentario