Por Andrés Pascual

¿Cómo puedo definirlo mejor en el terreno? ¿Gran tercera base? No ¿Gran bateador? Menos, “peloterito de tiempo de crisis”, esa es la que le ajusta…

Sin embargo, el bandolero Taladrid, gusano que se le arrastra a la tiranía tanto desde la mesa redonda como desde cubadebate, creyó que podría imponerlo, incluso, por encima de Omar Linares, otro que bien baila políticamente, pero que, como pelotero, el “industrialista” no le llegaba a la suela del spike derecho al sanjuanero.

Con lo que dijo en el website de la peste bubónica roja que, según él, le contó el ex antesalista habanero, los millones grandes en bonos a los agentes libres los inauguró como propuesta no aceptada el bateador que nunca arregló su swing y siempre conectó para la banda contraria, sin tener en cuenta por dónde vino el lanzamiento.

Porque, si a Lázaro Vargas, según Taladrid, le ofrecieron 8 millones solo por firmar en 1992, hasta Cal Ripcken jr fue un soberano paquete a su lado, no digo yo Linares.

Pero se sabe cómo son esa gente: el micrófono, de ellos; el programa, de ellos; lo que se diga sin poderlo ripostar, impuesto por ellos y ellos la policía, todos.

Me dijo una persona que es fanático de Taladrid “por lo que sabe” y llegó hace un año que, en algún programa de “la mesa”, esta víbora había dicho que su familia era la dueña de Tropicana. El individuo nació en 1936, por lo que no debería tener “semejantes lagunas” de memoria, pero se quedó “frío” cuando le dije que no y le refresqué el nombre del dueño.

¿Por qué dicen esas mentiras tan desfachatadamente y algunos las creen, como la persona que mencioné, que tenía 24 años en 1959? Por lo que me he cansado de decir: si llegan un segundo corrompen a toda la población, imagínese lo que han logrado en más de medio siglo.

El “activista” canadiense Bill Ryan llegó a Cuba con 7 bates confeccionados, según él, por el perro condenado aquí por “mira-huecos político” Gerardo Gónzález.

La competencia de Louisville Slugger firmó los bates como hacen los jugadores profesionales, sin embargo, tengo la impresión de que los hizo, si es verdad, con madera americana y en los talleres de la prisión, reflejo de que “no se plantó”, a pesar de que en este país, comparado con la prisión política cubana, la cárcel es una especie de estancia en el hotel de 7 estrella de Dubai.

Esa alimaña, a pesar de las concesiones que el gobierno americano debe hacerle,  no puede tener valor ni para exigir una aspirina si le duele la cabeza, el grado de abuso que los identifica, a todos, no procede con el valor que necesita un hombre para cumplir, en condiciones especiales, el rechazo al cautiverio, a la ropa de preso o a cualquier situación derivada.

En el estadio, con los familiares de los 5 terroristas presentes y el equipo Industriales en pleno, Lázaro Vargas recibió los bates de manos de Ryan y se desvivió en elogios y consignas castristas como “es doblemente hermoso porque, ¡Imagínense en qué situación los hizo”.

Hay quienes rechazan que se mezcle lo deportivo con lo político, pero, en la situación de Cuba, nunca será posible mientras esa infección galopante aplaste al país, por lo que hay que definirse y concluir que, el cubano que se incline por esa variante, no es un puritano sobrio como estilista de la actividad del músculo, sino un castrista abierto o encubierto.

Hoy vi por televisión imágenes de una reunión de apoyo a la liberación de los 5 terroristas, a pesar de los planos rápidos, identifiqué a varios “productos de intercambio”, en primera fila, esa rata que, desde que pisa tierra americana, comienza a ripostar con “no hablo de problemas políticos”, JUAN FORMELL.